IMPACTO EN LA VIDA COTIDIANA

Un refrigerador es uno de los primeros aparatos que se compran una vez que la conexión eléctrica está habilitada. Por lo tanto, se proyecta que en los próximos 15 años el número de refrigeradores en uso en países en desarrollo y economías emergentes se duplicará a casi dos mil millones.

la refrigeración artificial es afectada principalmente por dos aspectos: el alto consumo de energía eléctrica y el impacto ambiental debido al tipo de fluidos de trabajo. Alrededor del 30% de la energía mundial se va en activar este tipo de tecnología, y el uso de algunos fluidos refrigerantes ha contribuido a la destrucción de la capa de ozono y al incremento del efecto invernadero.

Tienen un impacto indirecto en el ambiente, debido a la electricidad que consumen, la cual genera emisiones de carbono y otros contaminantes peligrosos provenientes de las plantas generadoras de energía que queman combustibles fósiles.

Impacto directo proveniente de la liberación de gases empleados como refrigerantes y presentes en las espumas, particularmente cuando el refrigerador es desechado. Algunos gases fluorados menos modernos dañan la capa de ozono de la Tierra, y muchos otros provocan calentamiento global. De igual modo, algunos de estos gases son mucho más potentes como el CO2.

Los impactos directos e indirectos se combinan para dar como resultado un Impacto Total Equivalente sobre el Calentamiento Atmosférico.

El impacto relativo de las emisiones directas ha disminuido. No obstante, en muchos países los refrigerantes basados en gases fluorados aún se usan de manera considerable en los refrigeradores, lo que suscita un impacto sobre el clima. Los impactos indirectos (relacionados con la energía) son menores a un tercio de lo que eran en electrodomésticos más antiguos. Los países en desarrollo con mercados no regulados y dominados por refrigeradores con tecnologías antiguas pueden lograr ahorros energéticos mayores al 60%. Además, los refrigeradores consumen altas cantidades de electricidad en los hogares, por lo que el rango para alcanzar la eficiencia es muy amplio. Los electrodomésticos antiguos consumen hasta tres veces más energía que los modelos más modernos y funcionales, y conllevan el legado ambiental de altas cantidades de GEI y/o algunos otros gases que perjudican la capa de ozono. Por otro lado, el producto dumping también es un riesgo en algunas economías, es por eso que los refrigeradores, congeladores y los refrigeradores-congeladores combinados para uso residencial suelen ser los primeros electrodomésticos sujetos a regulaciones de eficiencia energética en los países que establecen políticas ambientales. ONU Medio Ambiente alienta a los países a seguir el enfoque de una política integrada por cinco etapas, con el objeto de transformar sus respectivos mercados y conducirlos hacia una eficiencia energética mayor. Los estándares y las regulaciones construyen la base desde la cual se asegura el éxito de cualquier estrategia para la transición hacia refrigeradores eficientes.

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